El tiro del final

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Milito y Noir festejan sobre la hora. Foto: Racing Club Oficial

Racing alcanzó el empate en tiempo añadido. Lo buscó, erró muchos goles, se defendió muy mal en ataque y pagó carísimos los errores. 


Un partidazo para el espectador neutral. Emotivo, de ida y vuelta, infinidad de jugadas de gol, y hasta goles. Otro show de goles en el que una vez más, a Racing le convierten tres. Hasta ahora, la apuesta al golpe por golpe venía pagando. Pero cuando se cierra el arco de en frente, hay que, mínimo, cerrar el propio. Y esto a la Academia de Sava le cuesta. Y hoy le costó dos puntos importantísimos en la carrera por el campeonato.

Racing arrancó bien, metido en el partido, intentando presionar lejos del área. Buscaba a Romero como conductor de juego, y hasta terminando las jugadas. Y es en su pie que llegó el primero, cuando a los 15 minutos jugó una pared con Bou y la adelantó demasiado hacia el área. Papa llegó a cerrar, pero el mérito del Melli fue seguir la jugada y recuperar la pelota cuando el ex Independiente quiso sacarla de la cancha. Una pausa, y definición al primer palo de García.

Sin embargo, la tranquilidad de meter el primer gol nunca llegó. Apenas dos minutos después, quedó en evidencia un error que fue una constante a lo largo del partido. Un lanzador suelto, recibiendo la pelota con espacio, la cancha de frente, y los delanteros marcando el pique a espaldas de centrales y laterales. El reloj de la defensa atrasaba un tiempo. Nadie tapó la recepción de Galmarini, ni mucho menos el pase que dejó a mitad de camino a Grimi y Rincón mandó al segundo palo. El partido se encendía y los corazones de los hinchas, curtidos ante tanto palo por palo, se disponían a otra vaivén de emociones.

En menos de cinco minutos, el partido ya era otro. En un escenario que no ofreció una buena respuesta a las lluvias caídas en las últimas horas, a Racing encima le salían las cosas mal. Empujado por el afán de no rifar la pelota, Saja recibió un pase para intentar salir limpio. Pero enganchó mal, lento, ante la presión de González, y perdió la pelota en la puerta del arco. Un blooper que cambió el partido, y se acusó como un duro golpe.

Durante todo el resto del primer tiempo, la Academia mostró su arsenal y su artillería, generó situaciones de gol al por mayor. Volvió a dar esa muestra de carácter ante el resultado adverso. Pero entre la mala fortuna, el estado de las zonas más pisadas de la cancha, y un Javi García que tuvo su tarde, hicieron imposible volver a igualar el partido. Romero lo tuvo en su cabeza, tirándose de cabeza a una pelota que quedaba boyando en el área, pero picó en un sector embarrado y no se volvió a despegar del piso. Para colmo, Pillud seguía aturdido del choque con Papa, y debía abandonar el campo de juego para dejarle su lugar a Gastón Díaz.

Desde el vestuario, los de Sava salieron a revertir la historia, sabiendo que no se equivocaba el camino, pero sí se estaba perdonando mucho. Y cuando uno perdona demasiado, concede oportunidades y deja crecer al rival. De todos modos, la cara que muestra Racing al frente apareció antes en el complemento, gracias a un zurdazo de Aued. Entre tantas chances desperdiciadas, algunas por delanteros, otras por volantes llegando en posición de ataque, la paridad llegó desde afuera. Con un recurso tan poco utilizado como ensayado o elaborado. Pero que puede destrabar una situación y hacer de bisagra en un partido que se presenta complicado. Dinámica de lo impensado, reza un viejo y vigente cliché futbolero.

El empuje, ahora animado por el gol, seguía metiendo a Tigre en su arco, y por decantación aparecían otras chances para que Racing recupere la merecida ventaja. Pero otra vez se marcó mal una pelota parada en ataque. Un tiro de esquina ejecutado al punto penal, rechazado por la defensa visitante cae manzo en los pies de Rodríguez. El "Capo", con espacio para ponerse la cancha de frente, y terreno para recorrer, habilitó a Rincón, que definió mano a mano con Saja y la puso junto al segundo palo. 

El hilo conductor para interpretar las falencias defensivas de este Racing parece ser la difícultad para equilibrar las transiciones. Cuando ataca, no se resguarda ocupando los espacios adecuadamente para tapar la salida, o terminar la jugada. Y encima, tampoco suple esa ausencia de orden con el retroceso. En más de una ocasión, más allá de la circunstancia del encuentro partido al medio, con todo Racing volcado en campo rival, Tigre se encontró con la chance de liquidar el partido de contragolpe. Pero lo curioso era que parecían disputarse dos partidos distintos. Un reducido 3 vs. 4. Los hombres ofensivos de Troglio quedaban mano a mano con la defensa, la ayuda del medio nunca llegaba, o llegaba tarde, y por momentos la ponían en jaque.

Afortunadamente Racing es Racing, y Milito es siempre Milito. Entró directo a limpiar las jugadas que por el cansancio de Romero no encontraban claridad, y hacer el trabajo sucio peleando con los centrales. La radiografía de su jerarquía es la imagen que quedó del Príncipe abriendo sus brazos, bajando el centro de gravedad y aguantando la pelota para girar y dejar mano a mano a Noir, que definió pinchando la pelota por encima de García, que por poco no tapó esa también. Después sólo le quedó empujarla, cuando también llegaba Licha.

Si bien se rescató un punto, la sensación que queda es la de no encontrar la tranquilidad cada vez que nos atacan. Los corazones académicos cada vez vibran más cuando la pelota se encuentra en el campo propio, y eso se transmite. El aspecto positivo es que, pese a falencias tanto individuales como colectivas, el grupo demuestra actitud. Cuando las ideas parecen escasas, aparece alguna lamparita, muchas veces encendida más que nada porfuerza de voluntad. Será clave mejorar desde atrás hacia adelante para la seguidilla que se viene, entre Copa Libertadores y Torneo.

Los goles:

Romero puso en ventaja a Racing

Rincón lo empató

El blooper de Saja

El zapatazo de Aued

Rincón volvió a marcar

Noir selló el empate


Por Lisandro Martín Benzecry | @LM23ok @GloriosaAcade

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