Prueba superada

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Prueba superada

Racing venció por 4 a 2 a Deportivo Cali y se acercó a los octavos de final de la Libertadores. Sava probó con Milito, Licha y Bou de entrada. Tuvo un primer tiempo perfecto, pero volvió a sufrir en la marca en el segundo. Lo importante, ganó y volvió Videla.

Todos los goles

El partido comenzaba bajo la lupa. La decisión de Sava de poner en cancha a Milito, Licha y Bou juntos por primera vez desde el arranque, en cierto punto, dividió aguas. Fue celebrada por gran parte de los hinchas, que ante tanto show de goles se ilusiona con la mejor ofensiva del momento, y quienes temían por la otra cara mostrada por este Racing. El miedo a volver a sufrir las contras, de no encontrar el equilibrio en la transición ataque-defensa, y terminar pagando muy cara esa falencia, que en este caso recaería sobre un mediocampo descompensado, aún pese al regreso de Videla como volante central de contención.

Un comienzo impecable. El equipo bien parado, apretando en todas las líneas, haciendo correr la pelota, abriendo la cancha buscando generar huecos en la defensa rival. Del otro lado, parecía no quedar siquiera una esquirla de aquel equipo tan goleador como goleado. Empezó ganando las segundas pelotas, muchas veces más importantes que las primeras, ya que son las que pueden generar un pase fuera del radar, y agarrar a la defensa saliendo para llegar limpio al arco.

Paradójicamente, el primer gol llegó de una pelota parada en ataque, por arriba, una de los errores más frecuentes en la defensa durante los últimos partidos. Tras una falta recibida cerca del área rival, llegó el centro de Romero perfecto, para que alguien la peine y descoloque al arquero. Y el elegido fue el hoy improvisado segundo marcador central, Leandro Grimi, quien venía de convertir en el último duelo por Copa Libertadores, también frente al Cali.

Se jugaban apenas 7 minutos, y la Academia crecía en su juego. Generó varias situaciones de gol, pero no fue sino hasta los 26 que lo pudo plasmar en el resultado. Tras un centro de Voboril que cayó en los pies de Sánchez y éste volvió a meter al área, Licha López no tuvo que hacer más que empujarla a la red y llevarse su índice derecho a la sien.

Diez minutos más tarde, una gran combinación entre Milito y Aued lo deja al príncipe posicionado sobre la banda izquierda, perfilado para centrar la pelota con su pierna menos hábil. Sin embargo, salió un centro perfecto al corazón del área, por donde entraba Oscar Romero entre los dos zagueros, como un punta bien definido, como si llevara diez años jugando en esa posición, para atacar el espacio y cabecear de pique al segundo palo, haciendo inútil todo intento del golero por tapar el remate. La tribuna era una fiesta, la ilusión ardía más que nunca, y todo el mundo Racing soñaba sin tabúes con la deuda más grande desde hace tiempo.

Ya sobre el final de la primera parte, el técnico visitante comenzó a meter mano en el equipo. Otro delantero a la cancha para intentar acercarse a Saja, que hasta el momento era un espectador de lujo. A partir del ingreso de Balanta por Rentería, Deportivo Cali había crecido un poco, pero aún así era ampliamente superado.

En el complemento, al revés que como se venía dando, Racing salió algo dormido, con una actitud más pasiva. Salió como a terminar rápido el partido, o bien, a dejar que el tiempo pase. Cali dominaba más la pelota, la espalda de Voboril se tornaba una invitación al desborde constante. Apenas a los cuatro minutos, una jugada fortuita deja a Roa mano a mano con Saja, que salió a achicar pero el jugador colombiano alcanzó a rematar y la pelota dio en el palo. A partir de allí, una sucesión de rebotes, primero en la espalda del Chino, después Grimi la quiso sacar sobre la línea y la pelota dio en la cara de Roa y se metió. La tranquilidad estaba mucho más presente en el tanteador que en el césped.

Racing continuó sufriendo, y otra vez Saja logró mantener la calma del equipo cuando el conjunto visitante se venía. Sambueza se transformó en una pesadilla, y Roa se volvió a mostrar incisivo y movedizo como lo había hecho en Colombia. Pero las situaciones que generaron no fueron aprovechadas, y de un lateral para Bou que la aguantó bien y jugó hacia atrás para Roger Martínez, llegó el alivio. El Colombiano la bancó bien de espalda y con un lujoso taco se puso el arco de frente, una gambeta corta y definición de zurda, colocada al segundo palo. Restaban diez minutos, y el golazo de Roger le devolvía la tranquilidad a todo un estadio.

Racing ya no tenía en cancha a Milito ni tampoco a Licha. Los dos hombres más experimentados y artífices de la goleada, quienes podían tener la cabeza más clara a la hora de enfriar el partido, habían sido sustituídos, y Romero acusaba el desgaste físico lógico por la seguidilla de encuentros, por lo que Racing seguía sin hacerse dueño de la pelota. 

Cuando ya se jugaba el tiempo compensatorio, Pérez ensayó un remate sin demasiado peligro. Pero la trayectoria del balón se desvirtuó al rebotar en Grimi, y descolocó a Saja, que reaccionó pero no llegó. Un gol que llegó tarde para torcer el resultado y quedó sólo como una decoración del mismo, pero también una advertencia de que la fortuna o la noche que pueda tener Saja son variables con las que no se puede contar desde el vamos.

Menciones aparte

La primer salvedad que hay que hacer, en caso de que siquiera una fuese necesaria, es Licha López. No sólo porque mucho se habló antes de su llegada acerca de las condiciones en que volvía, sino que, una vez acalladas esas voces a base de goles y buenos rendimientos, sino porque demostró que puede adaptarse a lo que el equipo requiere. Hizo un gran sacrificio al cubrir la banda izquierda, naturalmente desprovista de un volante, ya que en el medio jugaban Aued y Videla, y desde la derecha hacia el centro, Romero. Licha cumplió con creces la doble función, llegando por momentos a cerrar en posición de marcador izquierdo de punta, pero también con presencia en el área, marcando un gol bien de centrodelantero. Una vez más, Lisandro fue la figura, sólo 55 minutos le bastaron.

Otro punto a destacar, es el tan ansiado regreso de Videla. Uno de los pilares fundamentales del Racing campeón 2014, viene de una larga recuperación por una pubalgia que lo tenía a maltraer y que hasta llegó a hacerlo pensar en dejar el fútbol. Pero todo eso parece haber quedado atrás. Primero sumó minutos en reserva, después fue al banco en algunos partidos del torneo, y hoy finalmente le ganó la pulseada a Vismara por la titularidad. La incertidumbre del hincha acerca de cómo volvería el cordobés, quedó despejada en un excelente primer tiempo. Si bien se lo notó algo inseguro con la pelota en determinados momentos, el timing a la hora de recuperar está intacto. Lo físico vendrá con la continuidad, al igual que el animarse a jugar más con la bocha en los pies, y volver a convertirse en el primer pase, metiéndose en la cueva y permitiendo a Luli un adelantamiento para romper líneas.

Por otro lado, la de arena tiene que ver con el recambio en el medio. Si bien Sava intentó con Camacho de volante central, o Acuña como tercer interior, el tandem Cerro - Aued no encontró un reemplazante natural hasta hoy, con un Videla que deberá volver de a poco. Vismara no ha demostrado estar a la altura de las circunstancias. Hoy ingresó a la cancha por el de Cosquín en apenas los últimos diez minutos, con el partido 4-1, pero nunca entró en el partido. Se lo ve lento, falto de ritmo, desconectado del trámite del partido. Perdió dos o tres pelotas que se tornaron peligrosas, y de una de esas llegó el descuento. A su vez, su lentitud en el juego y la indecisión en la marca tienden a meter al equipo atrás, en momentos donde hay que tener la pelota lo más lejos del arco propio posible. Será clave que recupere el nivel mostrado en Huracán el semestre pasado para que Racing logre alternar a sus jugadores para cuidar el físico de cara a lo que viene por Torneo y Copa.

Por Lisandro Martín Benzecry | @LM23ok @GloriosaAcade

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