¿Cómo explicar el sentimiento hacia Racing en palabras, no? Son varios los adjetivos calificativos que podrían describirnos, pero a la vez me cuesta mucho elegir uno sólo.
Somos ese sufrimiento constante, que en determinados momentos parece aplacarse, pero que vuelve a aparecer y a veces hasta con más fuerza que antes.
Somos ese equipo que aún en 35 años de sequía, buscaba refugio en su propia hinchada, en La Guardia Imperial, porque claro que a Racing lo hace grande su gente.
Somos una ráfaga deportiva, que se enfrenta en todo momento a altibajos, pero también somos la constancia del sentido de pertenencia, sentido que nos inculcan de chicos. Sabemos desde el momento que nos declaramos Racinguistas que en los peores momentos tenemos que mostrar nuestro mejor dote: el de alentar.
Somos Tita, esa mujer que dedicó toda su vida al club de sus amores, y que tantos goles nos hizo gritar, aquellos de los jugadores que la luchaban de abajo con su único sueño de debutar en primera y que pasaban por la pensión del club.
Somos el Cilindro, esa imponente construcción que vivió en primera persona al Equipo de José, pero también el fatídico descenso. Hogar de miles de simpatizantes que hallan en él una salida de sus problemas, sea cual sea el resultado. También de soñadores que cuando lo pisan por primera vez no pueden contener sus lágrimas y emoción.
Somos lucha, porque cuando una vieja chiflada decía que Racing no existía, que tenía que ser liquidado, fuimos nosotros quiénes lo sacamos a flote. Lejos de avergonzarnos de esa nefasta experiencia, pensamos en ella e inflamos el pecho, nos sentimos orgullosos.
Porque de pendejo lo seguimos, feliz día para nosotros, feliz día del hincha de Racing!
Somos ese sufrimiento constante, que en determinados momentos parece aplacarse, pero que vuelve a aparecer y a veces hasta con más fuerza que antes.
Somos ese equipo que aún en 35 años de sequía, buscaba refugio en su propia hinchada, en La Guardia Imperial, porque claro que a Racing lo hace grande su gente.
Somos una ráfaga deportiva, que se enfrenta en todo momento a altibajos, pero también somos la constancia del sentido de pertenencia, sentido que nos inculcan de chicos. Sabemos desde el momento que nos declaramos Racinguistas que en los peores momentos tenemos que mostrar nuestro mejor dote: el de alentar.
Somos Tita, esa mujer que dedicó toda su vida al club de sus amores, y que tantos goles nos hizo gritar, aquellos de los jugadores que la luchaban de abajo con su único sueño de debutar en primera y que pasaban por la pensión del club.
Somos el Cilindro, esa imponente construcción que vivió en primera persona al Equipo de José, pero también el fatídico descenso. Hogar de miles de simpatizantes que hallan en él una salida de sus problemas, sea cual sea el resultado. También de soñadores que cuando lo pisan por primera vez no pueden contener sus lágrimas y emoción.
Somos lucha, porque cuando una vieja chiflada decía que Racing no existía, que tenía que ser liquidado, fuimos nosotros quiénes lo sacamos a flote. Lejos de avergonzarnos de esa nefasta experiencia, pensamos en ella e inflamos el pecho, nos sentimos orgullosos.
Porque de pendejo lo seguimos, feliz día para nosotros, feliz día del hincha de Racing!
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