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Roger festeja su tercer gol en la Copa. |
Racing empató ante Bolívar en La Paz y se clasificó a octavos de final de la Libertadores. Roger Martínez marcó el empate. La altura se sintió, pero se cumplió el objetivo.
El partido empezó con un conjunto local que de arranque salió a buscar el batacazo. Sin demasiadas ideas claras, pero con empuje y el natural acondicionamiento de sus jugadores a la altura, apretaba a Racing y lo llevaba contra su arco. A base de centros y ensayando remates desde afuera, para aprovechar la velocidad que toma la pelota, logró incomodar en algunas ocasiones a Saja, hoy capitán.
La actitud de Racing, mostrada prácticamente desde el planteo de Sava, con un sólo delantero y Romero como nexo, fue pasiva, como expectante. Salió a ver cómo planteaba el partido Bolívar, e intentar superar los primeros minutos, que suelen ser los que más cuestan. Y pese a que el dominio fue del equipo boliviano desde la tenencia del balón, no se sufrió en demasía.
Un claro reflejo del primer tiempo lo marca el hecho de que la jugada más peligrosa fue un centro de Videla, que recibió en posición de volante derecho para recibir un cambio de frente de Romero. El Cordobés intentó buscar un cabezazo en el área, pero la pelota dibujó una rara trayectoria, descolocando a propios y extraños, y casi se mete por el segundo palo, ante un arquero que sólo miraba. Similar a aquél gol de Nico Sánchez ante Rafaela, pero esta vez la redonda dio en el travesaño.
Desde el arranque del complemento, el argentino Rubén Darío Insúa, al mando del Bolívar, movió una pieza en su tablero. Arce ingresó por Saavedra, y empezó a recibir con libertad en tres cuartos de cancha, lo que inquietaba a Sava, que pedía enfáticamente que no lo dejen jugar tan libre. El tándem Videla - Aued jugaba un partidazo, intentando sacar al equipo hacia delante, pero costaba. Romero no aparecía, se mostraba desenchufado, y Gastón Díaz no se mostraba como salida. Costaba horrores trasladar la pelota, por lo que Racing terminó abusando del pelotazo, o buscando infracciones que den algo de aire.
Cuando se jugaban 68 minutos, Arrascaita tiró un centro perfecto desde la izquierda de la defensa. En el área sólo estaba el ex Racing, Gastón Cellerino, que se plantó entre los dos centrales y sacó una bolea exquisita, que fusiló a Saja. En la jugada quedó en evidencia el error de Vittor, que hasta allí jugaba prácticamente su mejor partido desde que llegó, pero falló en el salto y no pudo despejar. A partir de allí, Bolívar empezó a buscar más, los centros comenzaron a llover. Pero si bien se sufría, ese adelantamiento en búsqueda del segundo gol de diferencia que les diera la clasificación, terminaba generando espacios para una contra.
La quietud de Romero preocupó a Sava, no sólo por la generación y el aire que no lograba darle al equipo, sino porque en el horizonte académico está nada más y nada menos que el clásico ante Independiente. Por eso decidió reemplazarlo, y en su lugar había entrado Roger. Más tarde, para no seguir sufriendo de arriba en cada centro, que costaba como en la mayoría de los partidos, el Colorado armó una línea de 5, metiendo a Cabral en la cueva, por Gastón Díaz, que nunca hizo pie en la altura.
Inmediatamente después del segundo cambio, Acuña ejecutó a la perfección un tiro libre desde la zona media del campo rival, con la rosca hacia adentro para que alguno se la lleve puesta. Grimi, que sufrió el dislocamiento de su hombro derecho pero decidió seguir, peinó casi imperceptiblemente la pelota delante del arquero y lo descolocó. Por atrás aparecían los dos ingresados, Cabral y Martínez, que tras el rebote en el palo, este último la empujó de cabeza para sellar el empate.
El gol pareció aplacar los ánimos de algunos jugadores bolivianos, que aún así intentaban a base de pelotazos frontales y cruzados. Pero Racing lograba respirar cada vez que la podía tener lejos de su arco. Y ya con Noir en cancha por Lisandro López, de gran despliegue y desgaste por todo el frente de ataque y también en colaboración con el medio, encontró algunos espacios para ensayar una contra que liquide el partido, pero la premisa parecía ser cuidar el físico. Acelerar sólo cuando era necesario, cuando había un pase claro y acompañaban los volantes, y no buscar la individual.
Racing logró cumplir el objetivo, se clasificó a los octavos de final de la Copa Libertadores, y se trajo a todos sus soldados enteros. Algo fundamental para el choque ante Independiente del domingo en el Cilindro. Sava logró hacer pesar su planteo, cauteloso y hasta cuestionado como mezquino, pero eficaz en cuanto presente y futuro. Si bien la altura hizo presencia durante todo el partido, el desgaste conjunto fue el justo y necesario. La Academia no se puede dar el lujo de perder ni un jugador por lesión en esta instancia de la competencia.
Los goles
Cellerino abrió la cuenta
Roger decretó el empate
Por Lisandro Martín Benzecry | @LM23ok @GloriosaAcade