Norte y le ganó por 3 a 0 en el Cilindro. Dos goles del capitán y uno de Leandro Grimi fueron demasiado para un rival que no pudo frenar un rendimiento contundente. Racing llegó así a los 56 puntos.
“Milito, Milito”, “Milito hay uno solo” y “Milito no se va”. Una y otra vez, con un ritmo imparable, los hinchas pidieron por la continuidad del ídolo en una noche que será muy difícil de olvidar. Y Diego Milito, como los verdaderos héroes, agradeció tanto cariño con una actuación memorable y con dos goles que se gritaron hasta el cansancio. Y Racing, sólido y ganador como durante buena parte del año, derrotó de esta manera a Crucero del Norte por 3 a 0 para continuar acumulando puntos en la espalda.
Como si quisiera estar a la altura de esa ovación inmensa que recibió en el minuto 22, Milito hizo aparecer a su olfato goleador justo antes de que terminara la primera mitad para que el Cilindro volviera a explotar en mil gritos. Fue en el descuento, luego de un córner desde la derecha ejecutado por Oscar Romero, con un toque sutil de zurda para mandar la pelota a la red. Antes de eso, el equipo de Diego Cocca –también muy aplaudido por la gente- había sido claramente superior a un rival que vino a Avellaneda con la decisión de defenderse cerca de su arquero. Romero operó como enlace y fue el organizador de casi todos los ataques. La dupla central se paró casi en el círculo central y las ocasiones de peligro estuvieron sobre la mesa. La visita no inquietó a Sebastián Saja y la muestra más elocuente es que, en la etapa inicial, Crucero del Norte pateó solamente una vez.
Golpeó de movida Racing en el complemento. Como para marcar el terreno y para arrimarse más todavía a la victoria. Al minuto, después de una acción detenida, Leandro Grimi asomó en el montón de piernas que merodeaban el área chica para tocar al gol. Nuevamente explotó el estadio ante la jerarquía del campeón. Con el desarrollo controlado, Marcos Acuña reemplazó a Washington Camacho, lo que le dio algo más de agilidad a la estructura ofensiva. La tercera estocada llegó a los 25, gracias a un pase perfecto de Romero y a una definición exquisita de Milito, el goleador de la Academia en el torneo con ocho conquistas. Para que las palmas de la gente siguieran reventándose,Carlos Núñez volvió a las canchas, luego de muchos meses de ausencia, en lugar de Mariano Pavone. Hubo tiempo para una nueva explosión cuando Lautaro Martínez, haciendo su estreno en Primera, entró por el capitán a falta de 12 para el cierre.
Racing manejó las circunstancias con la tranquilidad del resultado y festejó con ganas otra alegría en casa. A los campeones, el gracias será para toda la vida. Y, respecto a Milito, no hay más que ponerse de pie para seguir aplaudiéndolo.
fuente Racingclub.com.ar
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