Si fuera por lo que cada equipo mostró en la cancha, otro debería haber
sido el resultado. Pero, como bien se sabe en este juego, los goles no
se merecen sino que se hacen y a Racing le faltó una dosis de puntería y
una cuota de fortuna para quedarse con un clásico en el que realizó
todo el gasto. La Academia, que superó en el desarrollo a un adversario
complicado, terminó perdiendo en el Estadio Pedro Bidegain ante San
Lorenzo por 2 a 1. De esta forma, el campeón se sostiene con 43 puntos y
un partido menos. Aunque la distancia con el líder se ensanchó, el
plantel no bajará los brazos hasta el final.
Ordenado y con calma salió a jugar el conjunto de Diego Cocca, conciente de que la presión estaría de entrada del otro lado. Con dos líneas de cuatro bien paradas, la apuesta principal fue que los dos delanteros se las arreglaran para ganarles a los centrales locales. Dos remates de Mariano Pavone fueron el primer aviso de que había espacios para lastimar. Los dirigidos por Edgardo Bauza, con más manejo de la pelota, eligieron avanzar sobre todo por su sector izquierdo y produjeron algunas incursiones interesantes que la defensa académica rechazó con leves zozobras. Sin embargo, el dueño de casa acertó a los 20 minutos y quebró la paridad: Martín Cauteruccio ejecutó con potencia un tiro libre, el balón dio en el travesaño y, en el rebote, Mauro Cetto apareció para poner la cabeza y para convertir el primero. En desventaja, Racing intentó pararse más adelante pero no dio en la tecla para igualar antes del descanso.
Buscó desde el comienzo del complemento el campeón. Con ímpetu y con intensidad, la visita se fue arrimando de a poco y, también de a poco, fue mereciendo el empate. Washington Camacho reemplazó a Cerro y el uruguayo le dio movilidad del medio hacia adelante a la Academia. El gol llegó a los 32: a la salida de un córner, Iván Pillud remató desde afuera del área y la pelota se incrustó en el ángulo inferior derecho de un arquero que nada pudo hacer. Con la conquista, y para buscar el triunfo, Cocca hizo ingresar a Diego Milito por Ricardo Noir. Sin embargo, enseguida, a los 35, antes de que sucediera cualquier otra cosa, San Lorenzo marcó en una acción aislada a través de Emmanuel Más.
Con amor propio, Racing no abandonó la pelea y luchó hasta la última bola. Estuvo cerca en un contexto de varias jugadas polémicas. Mereció más pero no pudo ser. Lo importante fue haber dejado todo. El objetivo, mientras se sueña con la Copa Argentina, será seguir sumando para terminar lo más arriba posible en el torneo local.
Ordenado y con calma salió a jugar el conjunto de Diego Cocca, conciente de que la presión estaría de entrada del otro lado. Con dos líneas de cuatro bien paradas, la apuesta principal fue que los dos delanteros se las arreglaran para ganarles a los centrales locales. Dos remates de Mariano Pavone fueron el primer aviso de que había espacios para lastimar. Los dirigidos por Edgardo Bauza, con más manejo de la pelota, eligieron avanzar sobre todo por su sector izquierdo y produjeron algunas incursiones interesantes que la defensa académica rechazó con leves zozobras. Sin embargo, el dueño de casa acertó a los 20 minutos y quebró la paridad: Martín Cauteruccio ejecutó con potencia un tiro libre, el balón dio en el travesaño y, en el rebote, Mauro Cetto apareció para poner la cabeza y para convertir el primero. En desventaja, Racing intentó pararse más adelante pero no dio en la tecla para igualar antes del descanso.
Buscó desde el comienzo del complemento el campeón. Con ímpetu y con intensidad, la visita se fue arrimando de a poco y, también de a poco, fue mereciendo el empate. Washington Camacho reemplazó a Cerro y el uruguayo le dio movilidad del medio hacia adelante a la Academia. El gol llegó a los 32: a la salida de un córner, Iván Pillud remató desde afuera del área y la pelota se incrustó en el ángulo inferior derecho de un arquero que nada pudo hacer. Con la conquista, y para buscar el triunfo, Cocca hizo ingresar a Diego Milito por Ricardo Noir. Sin embargo, enseguida, a los 35, antes de que sucediera cualquier otra cosa, San Lorenzo marcó en una acción aislada a través de Emmanuel Más.
Con amor propio, Racing no abandonó la pelea y luchó hasta la última bola. Estuvo cerca en un contexto de varias jugadas polémicas. Mereció más pero no pudo ser. Lo importante fue haber dejado todo. El objetivo, mientras se sueña con la Copa Argentina, será seguir sumando para terminar lo más arriba posible en el torneo local.
fuente Racingclub.com.ar
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